El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha aumentado los operativos de deportación en el sur de Florida. Esta medida sigue la política del gobierno de Donald Trump, que busca priorizar la expulsión de inmigrantes indocumentados considerados peligrosos para la seguridad del país.
Garrett Ripa, subdirector interino de Operaciones de Campo del ICE en Miami, explicó que la estrategia sigue la idea de «los peores primero», lo que significa que los inmigrantes con antecedentes criminales graves son los primeros en ser expulsados. Sin embargo, también dejó claro que cualquier persona en situación irregular podría enfrentar medidas legales.
«Cada persona que sea deportable o inadmisible en los Estados Unidos, tenga o no antecedentes, podría ser objeto de acción por parte de las autoridades migratorias», señaló Ripa en una entrevista con NBC6.
Si bien los casos relacionados con la seguridad nacional son la prioridad, esto no excluye a otros inmigrantes sin papeles de ser detenidos y deportados.
Crece la preocupación entre los inmigrantes
El aumento de deportaciones ha generado temor en la comunidad inmigrante del sur de Florida, especialmente entre aquellos que, aunque no tienen antecedentes criminales, están en el país sin documentos.
Según Telemundo 51 Miami, cada caso es evaluado de manera individual antes de decidir si procede la deportación. Ripa explicó que, en algunos casos, los inmigrantes pueden presentar su situación ante un juez, mientras que otros son deportados de inmediato si ya existe una orden en su contra.
«Si alguien es detenido y ya tiene una orden de deportación, el proceso puede ser mucho más rápido», indicó Ripa.
Esto significa que aquellos con una orden previa podrían ser expulsados en pocos días, mientras que otros tendrán que pasar por audiencias migratorias y podrían apelar su caso.
Nuevas medidas en las detenciones
Uno de los cambios recientes en la política migratoria de Trump permite que las autoridades locales retengan hasta 48 horas a personas que consideran «inadmisibles o removibles» antes de entregarlas al ICE.
«Generalmente, estos casos se identifican cuando la persona es arrestada por otro delito y, a través del sistema biométrico, sabemos que está en la cárcel local», explicó Ripa.
Esta colaboración entre la policía local y el ICE permite identificar y detener a inmigrantes indocumentados. Sin embargo, grupos de derechos humanos han criticado esta práctica, ya que podría llevar a detenciones injustas de personas que no representan un peligro.
Ripa aseguró que el ICE en Miami sigue con su trabajo habitual, aunque ahora con más apoyo de otras agencias federales. «Lo que hacemos ahora es lo mismo de siempre, solo que con más ayuda», afirmó.
Aunque no proporcionó cifras específicas, reiteró que todas las deportaciones se manejan según las directrices del gobierno federal y cada caso es evaluado individualmente.
El refuerzo de las deportaciones en Miami es parte de una estrategia más amplia del gobierno de Trump para endurecer las políticas migratorias y reforzar la seguridad en las fronteras.
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