El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue acusado este martes de intentar dar un golpe de Estado para seguir en el cargo después de perder las elecciones en 2022.
Según el Ministerio Público Federal de Brasil, Bolsonaro y otras 33 personas habrían participado en un plan llamado “Puñal Verde y Amarillo”, cuyo objetivo era derrocar la democracia y evitar que el nuevo presidente asumiera.
Pruebas del complot
Las autoridades afirman que la acusación se basa en documentos, mensajes y archivos que muestran cómo se organizó el plan contra las instituciones democráticas.
“El esquema estaba pensado para romper el orden democrático”, dice el comunicado del Ministerio Público. También señala que Bolsonaro era el líder del grupo, que incluía tanto a civiles como a militares, y que su objetivo era impedir que se respetaran los resultados de las elecciones.
Ataques al sistema electoral desde 2021
Las investigaciones indican que todo empezó en 2021, cuando Bolsonaro comenzó a atacar el sistema electoral en sus discursos y redes sociales. En julio de 2022, ya en plena campaña, se reunió con embajadores para desacreditar las elecciones y preparar el terreno para cuestionar los resultados.
Durante la segunda vuelta electoral, las autoridades aseguran que se usaron cuerpos de seguridad para dificultar el voto de sus opositores. Además, funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal habrían facilitado actos violentos, como los disturbios del 8 de enero de 2023.
Un plan extremo: eliminar a Lula y sus aliados
Uno de los datos más impactantes de la investigación es que dentro del plan golpista se consideró asesinar al presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, al vicepresidente Gerardo Alckmin y a un juez del Supremo Tribunal Federal (STF). Según el informe, Bolsonaro aprobó estas acciones mientras aún estaba en el poder.
Los ataques del 8 de enero, cuando grupos radicales atacaron edificios gubernamentales en Brasilia, fueron la culminación del plan, con miles de manifestantes exigiendo la intervención militar. Los daños causados ese día fueron estimados en más de 20 millones de reales.
¿Qué sigue en el proceso judicial?
Ahora, la denuncia contra Bolsonaro será analizada por Alexandre de Moraes, juez del STF encargado del caso, quien decidirá los próximos pasos en el proceso.
Por otro lado, Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente y senador, defendió a su padre en redes sociales. En su cuenta de X (antes Twitter), afirmó que la acusación no tiene pruebas y que la Fiscalía solo busca beneficiar al gobierno de Lula.
“Incluso después de que Alexandre de Moraes presionara al Ministerio Público y torturara a Mauro Cid para que inventara acusaciones, la Fiscalía sigue adelante con esta persecución política”, escribió.
O que está acontecendo é uma injustiça, uma perseguição política contra Bolsonaro. Quem passa o olho na denúncia tem certeza: ela não para de pé. pic.twitter.com/jlXNZlOkLs
— Flavio Bolsonaro (@FlavioBolsonaro) February 19, 2025
Bolsonaro y su futuro político
Bolsonaro, quien ya fue inhabilitado para las elecciones de 2026, asegura que todos estos problemas legales son solo una estrategia para evitar que regrese al poder. Sin embargo, con esta nueva acusación, su situación se complica aún más.



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