El 20 de enero de 2025, Donald Trump tomará posesión como presidente de los Estados Unidos, pero, como en ocasiones anteriores, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, no será invitada a la ceremonia. Ella misma confirmó en su conferencia mañanera que el gobierno de México estará representado por el embajador Esteban Moctezuma en este evento. Pero, ¿por qué sucede esto?
Una tradición en la que México no es la excepción
Aunque puede parecer extraño, no es común que los presidentes de otros países sean invitados a la toma de posesión en Washington. La práctica no tiene nada que ver con las relaciones diplomáticas entre los países, sino con un protocolo específico de Estados Unidos.
Armando Guzmán, corresponsal en Washington, explicó que este evento se considera como un acto de política interna de los EE. UU. y que no está pensado para incluir a jefes de Estado de otros países. Esto significa que, a pesar de la cercanía entre naciones como México, Francia, Gran Bretaña o Canadá, ninguno de sus presidentes o primeros ministros ha sido invitado a las ceremonias en el pasado.
Razones logísticas y de seguridad
Además de la tradición, la falta de invitaciones se debe a cuestiones prácticas. Tener a muchos presidentes y líderes internacionales presentes en Washington podría ser un desafío en términos de seguridad y logística. La protección de tantas figuras importantes sería muy difícil de coordinar, por lo que este tipo de ceremonias se limita, principalmente, a expresidentes de Estados Unidos y algunas otras personalidades nacionales.
¿Cambios en las invitaciones?
Aunque normalmente no se invita a jefes de Estado, en esta ocasión, Donald Trump ha decidido hacer una excepción y ha invitado a presidentes de países como Ecuador, Argentina, El Salvador y la primera ministra de Italia. Según Guzmán, esto se debe a la afinidad de Trump con los gobiernos de derecha, lo que explicaría sus selecciones.
El precedente de Carlos Salinas de Gortari
El único presidente mexicano que fue invitado a un evento previo a una toma de posesión fue Carlos Salinas de Gortari. En 1994, antes de que Bill Clinton asumiera su cargo, Salinas tuvo una reunión privada con él en la ciudad de Austin, Texas, no en Washington. Esta reunión se dio por la relevancia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que estaba por entrar en vigor en ese momento.
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