El primer vuelo con migrantes venezolanos deportados desde Estados Unidos aterrizó en Venezuela la noche del lunes 10 de febrero. Poco después, otro vuelo desde El Paso, Texas, llegó al país, cumpliendo así con un acuerdo entre los gobiernos de Donald Trump y Nicolás Maduro. Este pacto se da a pesar de la controversia por el fraude electoral en Venezuela el pasado 28 de julio de 2024.
El análisis de Ernesto Castañeda
Ernesto Castañeda, director del laboratorio de Inmigración de American University, analizó la situación. Explicó que muchos venezolanos en EE.UU. están tratando de demostrar que su solicitud de asilo es válida y que regresar a su país representa un peligro para ellos.
“Hay personas perseguidas por el crimen organizado o por su profesión, como los periodistas. Volver a Venezuela puede ser muy riesgoso para ellos debido al régimen”, afirmó Castañeda.
Sin embargo, el analista destacó una paradoja: “Muchos venezolanos apoyaron la campaña de Trump y ahora están sorprendidos con las deportaciones”. Esto se debe a que la administración de Trump ha sido firme en su política contra la migración irregular.
La respuesta del gobierno de Maduro
Tras la llegada de los vuelos con migrantes deportados, la Cancillería venezolana emitió un comunicado reafirmando su voluntad de mantener relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
“Ratificamos, en el marco de nuestra diplomacia bolivariana de paz, la disposición de mantener relaciones directas de comunicación, respeto y entendimiento entre ambos gobiernos”, señalaron las autoridades.
Este nuevo escenario deja muchas preguntas sobre el futuro de los migrantes venezolanos en EE.UU. y la política migratoria de Trump en los próximos meses.
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